La Pedagogía Crítica, punto de partida para un cambio necesario en educación
A partir de la lectura del Manifiesto de la Pedagogía Crítica, de Henry A. Giroux (2015),pienso que podemos establecer una primera reflexión en torno a los fines de la educación. Esta reflexión sobre los paradigmas teleológicos educativos debería ser el punto de partida para re-pensar la educación moderna desde sus orígenes hasta nuestros días.
Giroux establece que debemos situar la educación dentro de un proyecto educativo para formar ciudadanos socialmente responsables y comprometidos (Giroux, H.A. 2015). Esta afirmación nos remite al debate enmarcado en la filosofía de la educación sobre los fines educativos durante la época de la industrialización, época enla que la educación se hace masiva y gratuita. Autores como John Dewey o Franklin Bobbit desarrollan dos paradigmas teleológicos educativos antagónicos,(aunque se dan de forma complementaria hasta nuestros días).
José Domínguez Rodríguez, en su Tesis Doctoral La formación inicial de un cuerpo único de educadoras y educadores para la educación básica unitaria, holística, universal y emancipadora, hace un maravilloso resumen las principales aportaciones delos autores que desarrollan estos paradigmas teleológicos educativos. Franklin Bobbit y sus seguidores aplicaron el taylorismo a la escuela, contribuyeron a configurar los sistemas educativos como ecosistemas darwinistas al servicio del darwinismo social, económico y político, mediante el aprendizaje individualista y competitivo y la evaluación competitiva, meritocrática, selectiva y segregadora (Domínguez Rodríguez,J. 2016). Este paradigma, defensor de un instruccionismo intelectualista, reduce la educación a una mera formación profesional destinada a generar mano de obra para cubrir las necesidades y demandas del mercado capitalista.
Por el contrario, autores como John Dewey y sus seguidores, así como los movimientos sociales, organizaciones obreras y el Movimiento de las Escuelas Nuevas, defienden un holismo educativo o educación integral. José Domínguez en la tesis mencionada, haciendo referencia a este holismo educativo, menciona también a Giorux (y otros autores mencionados por él en su Manifiesto: el holismo educativo está desarrollando la dimensión política de la pedagogía crítica de Freire, Giroux,McLaren y otros. Se mueve dentro de unas coordenadas similares a las de la teología de la liberación, la filosofía de la liberación (Dussell) y la pedagogía de la liberación (Freire) (Domínguez Rodríguez, J. 2016). Esta corriente conceptualiza la educación como una formación para una ciudadanía crítica y capaz de transformar la sociedad hacía una democracia cívica.
Bajo mi punto de vista, el modelo de educación hegemónico actual está basado en el instruccionismo tiene más que ver con los fines de Bobbit. Por eso, es interesante la parte en la que Gireoux justifica la Pedagogía Crítica como peligrosa para los grupos poderosos actuales.
Sin embargo, Giroux nos recuerda que la Pedagogía Crítica refuerza la noción deque las escuelas son esferas públicas democráticas y la educación es la base de cualquier democracia en funcionamiento y los maestros son los agentes más responsables en promover esa educación (Giroux, H.A. 2015). Esto me parece destacable por dos cuestiones: Por un lado, los centros funcionan como sistemas complejos a modo de microsociedades donde se dan estructuras de poder,relaciones de convivencia, educación en valores… Y no se puede construir democracia con las personas que habitan las sociedades, desde instituciones que no lleguen a ser igualmente democráticas. Por otro lado, la propia escuela como institución cumple un papel dentro de la sociedad en la que está inserta. Esto desecha cualquier concepción de la educación como una actividad que no es política. Prueba de ello son los intentos de controlar la educación por parte del mercado o por parte de la política institucional cambiando las leyes cada vez que hay un cambio de partido político.
Para que se pueda llevar a cabo una pedagogía crítica, hay que romper previamente con los roles de poder que actualmente se otorgan de forma hegemónica entre el profesorado y el alumnado, entre una supuesta fuente de saber y un alumnado que se conceptualiza como un folio en blanco que debe llenarse de saberes. Más aún en la época actual, donde las TIC han roto con la concepción del educador como principal fuente de conocimiento. Se trata de romper con la concepción bancaria de la educación de la que hablaba Paulo Freire, que delega el rol del alumnado a un sujeto pasivo de conocimiento. Sin embargo, una pedagogía crítica permite al alumnado protagonizar los procesos de enseñanza-aprendizaje desde metodologías más horizontales.
Y otro aspecto importante que creo necesario cambiar para que sea posible una pedagogía crítica, tiene que ver con la planificación de los contenidos y la construcción del currículum. El sistema actual de asignaturas crea una estructura de conocimiento “atomizadora”, en la que no hay conexión entre los saberes. Además, también hay que reconocer el carácter propedéutico de la educación actual. Esto es, cada curso es una preparación al siguiente ciclo, en lugar de tener sentido en sí mismo y conectar los conocimientos con el contexto y la realidad actual. Esto choca de lleno con la sociedad actual, la cual es compleja y requiere de una capacidad crítica capaz de establecer conexiones para comprehender la globalidad y transformar el mundo que nos rodea.
Desescolarizar la educación e iniciar un proceso de desaprendizaje
Para seguir valorando las condiciones previas que se tienen que dar para un cambio educativo, creo de interés recordar uno de los mensajes en los foros de la asignatura que hacía referencia a la desescolarización. Este movimiento desescolarizador data de los años sesenta y setenta del siglo pasado y estuvo promovido por pensadores como Holt, Ilich, Reimer, Garcia Olivo, Freire o Milani. Estos educadores y pensadores inician un movimiento que pone énfasis en un aprendizaje individual que promueve la libertad de niños y niñas para elegir lo que quieren aprender a través actividades cotidianas como el juego, tareas del hogar,viajes, libros, clases particulares, familia, interacción social…
No defiendo totalmente la desescolarizacióno movimientos relacionados como el Homeschooling. Pienso que las escuelas son espacios privilegiados de convivencia y educación en valores. Pero este debate propuesto por un compañero en los foros surge a partir de reconocer las difíciles posibilidades de cambio de las instituciones educativas en la actualidad. Yo creo que es posible introducir mejoras y cambios a varios niveles. Algunos cambios estarán enfocados a cambiar la institución escolar, otros al sistema educativo, otros a la organización curricular y contenidos… Pero creo que pese a todas las dificultades, el mayor cambio debe hacerse pensando en las personas y de forma colectiva, no en ámbitos privados e individuales. Aun reconociendo las dificultades, creo que desde nuestras actitudes como educadores/as, tenemos margen suficiente para hacer una educación diferente en el contexto actual. Para ello quizás tengamos que gestionar nuestras incoherencias, pero debemos asumir riesgos y desaprender mucho de lo que hemos interiorizado y que actúa como resistencias al cambio mucho antes de toparnos con las dificultades del sistema.
En cualquier caso, muchos de los cambios necesarios para una pedagogía crítica pasan por romper muchos de los métodos actuales, los paradigmas a los que responden, o la estructura actual de las instituciones educativas. En este sentido, podemos hacer referencia a la necesaria desescolarización de la escuela, propuesta por el profesor y miembro de los Movimientos de Renovación Pedagógica Julio Rogero:
La escuela mayoritaria de hoy sigue polarizada y obsesionada por el éxito y la clasificación, por los resultados medidos de manera estrecha, por la aceleración y la prisa: “Hay que acabar los programas, hay que hacer exámenes y controles constantes, hay que rellenar papeles de programaciones, planes de mejora, pruebas de evaluación-control externo…”. Todo esto genera un profesorado cansado y frustrado y un alumnado estresado y agobiado. Y lo más importante: no promueve que el alumnado aprenda más y disfrute haciéndolo.Sacar de la escuela todo lo que la domina hoy y la orienta, la negatividad y la obsesión por la eficacia, lo que en ella manipula, controla y prepara solo para el mercado y la perpetuación de la economía capitalista: la obsesión por el éxito académico, por los resultados (Rogero, J. 2018).
Las educadoras y educadores, agentes dinamizadores del cambio
Otro aspecto importante a los que hacer referencia en la construcción de otra educación alternativa, y que también ha salido en varios de los textos de la asignatura y en los debates de los foros, tiene que ver con el rol del profesorado.
Giroux en su Manifiesto por una pedagogía crítica hace una valoración del profesorado como intelectuales públicos y como recurso social valioso(Giroux, H.A. 2015). Esto no sólo debe dotar de un gran reconocimiento al cuerpo de maestros (algo que cada vez es menos valorado en la actualidad), sino también hacernos conscientes de nuestra responsabilidad educativa y nuestro poder como uno de los principales agentes de socialización. Y sin embargo, al hablar de poder, no me refiero a las condiciones de desigualdad que se puedan generar, sino a las posibilidades de facilitar espacios de aprendizaje democráticos, enriquecedores y prácticos. Pero, además, conceptualiza al profesorado como un militante político en la sociedad, a través de un proyecto de vida justo que excede el horario escolar.
Para que esta conceptualización del cuerpo docente sea una realidad pienso que habría que cambiar profundamente la actual formación del profesorado. En un artículo reciente que publiqué con motivo de las reflexiones surgidas en otro debate en redes sociales apuntaba a algunas ideas para la transformación educativa desde el papel de l@s educadores/as. Las principales aportaciones que tienen que ver con una formación alternativa del profesorado son:
- Aprender a desaprender. Es muy difícil cambiar si partimos de cargar con una mochila llena de valores,aprendizajes, actitudes… interiorizados durante toda nuestra vida. No es se trata tanto de aprender nuevos métodos, contenidos, habilidades… si no de pensar en la posibilidad de ejercer la crítica necesaria para un cambio partiendo de la autocrítica.
- Conocer y aprender de experiencias, proyectos y personas de referencia. A menudo el discurso de la dificultad de cambio esconde una falta de conocimiento o de guía para iniciar nuestro camino. Sin embargo, en la actualidad ya contamos con innumerables proyectos, teorías, pedagogos… que han puesto en marcha en el pasado, o existen en la actualidad, experiencias educativas alternativas. No es necesario reinventar la rueda ni empezar de cero una corriente educativa. Podemos aprender de estas experiencias, conocer y superar sus errores, replicar y adaptar claves y experiencias de éxito… Algunos referentes que para mí han supuesto una fuente enorme de aprendizaje e inspiración son: Ferrer i Guardia, Marta Mata, Paulo Freire, Rosa Sensat, Mario Kaplún, Ángel Llorca y Justa Freire, Lorenzo Milani, Edgar Morín…
- Adquirir una actitud de formación permanente. No sólo porque nuestra formación previa en muchas ocasiones no nos capacita para la realidad en la que trabajamos, sino también porque dicha realidad está en constante cambio.
- Formar parte de colectivos y movimientos sociales. Ya sea para compartir nuestras frustraciones, buscar apoyos, aprender de otras personas y proyectos…
Al mismo tiempo que llevamos a la práctica iniciativas como las anteriores, podríamos proponer una formación superior alternativa a la actual. La mayoría del profesorado, en las carreras de magisterio, se centran en la adquisición de los contenidos de la materia que impartirán. Sin embargo, la realidad en la práctica docente es mucho más compleja. El profesorado hoy en día debe hacer frente a la gestión de un aula compuesta por personas muy diferentes, coordinarse con el equipo docente,relacionarse con las familias… Todas estas situaciones plantean conflictos diarios para los que la mayoría del profesorado no se ha preparado. Pienso quela educación superior para la formación docente debería centrar sus planes de estudio en el trabajo en habilidades sociales, trabajo en equipo, planificación del aula y los centros, pedagogías alternativas, uso de las TIC desde un punto de vista crítico…
Acciones para el desarrollo de una Pedagogía Crítica medida por las TIC
Antes de compartir algunas propuestas para el desarrollo de modelos pedagógicos alternativos con un papel protagonista de las TIC, creo necesario fundamentar por qué el ámbito escolar es un contexto idóneo para liderar un cambio educativo. En algunas aportaciones de compañeros y compañeras en los foros y los debates de las redes sociales muchas publicaciones reconocían la dificultad de trabajar planteamientos alternativos desde los centros educativos por motivos como: la rigidez organizativa, la desconexión con las familias, la escasa participación del alumnado, la falta de recursos, el control administrativo, los procesos burocráticos, la falta de tiempo para cumplir unas programaciones imposibles…
Hay motivos suficientes para pensar que desde la Educación se debe y se puede llevar una labor de sensibilización y una transformación de la sociedad. Más aún, a través de la mediación de herramientas TIC, que hoy día son de enorme importancia para la configuración de nuestra sociedad: relaciones humanas, trabajo, conocimiento, creación de cultura… Los centros educativos están en una posición central para conectar de forma compleja con los principales agentes de socialización: educandos,familias y educadores/as. Además, en las escuelas se dan las condiciones ideales para ser espacios organizativos a modo de microsociedad donde poner en práctica laboratorios de experimentación democrática: suponen espacios de convivencia, se está en contacto con diversas realidades, se pasan muchas horas del día, surgen muchos problemas de diversos temas y ámbitos, hay mediación adulta supuestamente capacitada…
La primera de las acciones que creo deberíamos emprender es adquirir conciencia y ser conscientes de los objetivos que hay detrás de la educación que realizamos. En este punto recordamos lo ya comentado en el primer apartado de este ensayo sobre los paradigmas teleológicos antagónicos surgidos de la filosofía de la educación durante la industrialización y que se ha mantenido hasta nuestros días: educar a personas que se adapten y reproduzcan los dictados de la sociedad marcados por pequeños grupos de poder económico y político versus educar a personas capaces de transformar la sociedad para crear un mundo más justo y sostenible. Ser conscientes de la finalidad educativa que llevamos a cabo en nuestros contextos de acción podría ser el primer paso para ver la necesidad de un cambio.
En segundo lugar, si hemos partido de reconocer la dificultad de llevar a cabo propuestas educativas críticas y alternativas, deberemos transformar nuestra frustración, la ansiedad y el miedo (sentimientos que llevan a la inacción) en ira y esperanza (sentimientos que llevan a la acción). El sociólogo Manuel Castells, en su publicación Redes de indignación y esperanza,menciona la teoría de inteligencia afectiva en la comunicación política, según dice: El miedo desencadena la ansiedad, que se asocia con la evitación del peligro. El miedo se supera compartiéndolo e identificándose con otros en un proceso de acción comunicativa. Entonces se pasa a la ira, que lleva a un comportamiento que asume riesgos. Cuando el proceso de acción comunicativa induce la acción colectiva y se efectúa el cambio, la emoción positiva más fuerte prevalece: el entusiasmo, que potencia la movilización social deliberada. Los individuos entusiastas y conectados, una vez superado el miedo,se transforman en un actor colectivo consciente (Castells, M. 2012).
En tercer lugar, deberemos conocer y aplicar en nuestro día a día metodologías de enseñanza-aprendizaje alternativas y participativas. He querido evitar el uso del término Metodologías Innovadoras, porque la implementación de una metodología sin que sirva a un objetivo de cambio, a menudo sirve para cambiar la forma, pero no el fondo. En la educación actual, bajo la apariencia de innovación educativa se llevan a cabo prácticas que legitiman y replican viejas pedagogías bajo una apariencia modernizadora. Aquí debemos hacer referencia directa al uso de las TIC. Bien por sus nuevas posibilidades de aprendizajes más interactivos y con mayor protagonismo por parte del alumnado, además de las nuevas posibilidades creativas para la generación de contenidos. O bien, por adquirir una postura crítica en la implementación y uso de estas TIC y no caer en la mera innovación educativa que refuerza viejas pedagogías y mantiene bajo una apariencia modernizadora el rol tradicional del profesorado y los objetivos de una educación meramente instruccionista.
En cuarto lugar, se hace necesario trabajar desde lo colectivo. Para que sea posible un cambio estructural es necesario la implicación del profesorado, las familias, los medios, el alumnado, otros agentes de socialización… Esto puede suponer un reto ya que en ocasiones no sólo nos enfrentamos a la pasividad o complicidad de otras personas con el sistema actual, sino a equipos o personas contrarios a nuestros posibles planteamientos alternativos. Pero creo posible facilitar espacios de reflexión colectiva y llevar a cabo estrategias a varios niveles en función de los contextos y personas con las que nos relacionamos. Al fin y alcabo, no debemos olvidar que los problemas que vive el profesorado y los centros nos afectan a muchas personas y hay un descontento generalizado. Este contexto debiera servir para concienciar de forma solidaria sobre los motivos reales de la crisis actual educativa.
Para trabajar desde lo colectivo, nuevamente podemos atribuir a las TIC un papel central. Hay varios aspectos en los que un buen uso de las TIC, a través de herramientas y recursos concretos, pueden ayudarnos a trabajar desde lo colectivo: plataformas y herramientas de coordinación, comunicación interna y gestión de equipos,aplicaciones para la planificación y organización escolar, el uso de las redessociales para mejorar la relación entre las personas, bancos de recursos de apoyo al profesorado…
En quinto lugar, una educación mediada por las TIC debe ser transmedia. Si reconocemos la importancia de los medios y las TIC en la construcción de nuestra personalidad y la organización social, se hace necesario incluir una educación basada en lo que Scolarí llama Ecología de Medios por llevar implícito el sentido global y complejo para relacionar las interconexiones de los diferentes medios de comunicación. Esto también puede recordarnos a algunos precedentes como la metodología Freinetiana, que ponía el énfasis en la producción de contenidos por parte del alumnado y, al mismo tiempo, permitía huir de la atomización del sistema de asignaturas. Llevar acabo una narrativa transmedia en educación supone un reto más dentro del cambio hacia una educación más compleja, participativa y con un mayor protagonismo en los procesos de enseñanza-aprendizaje por parte del alumnado. El contexto educativo podría ofrecer la posibilidad de realizar una investigación expandida a través de diversos medios y canales. Se podría investigar sobre una problemática o cualquier tema a través de información publicada en webs y blogs, noticias compartidas en perfiles o grupos de redes sociales, un repaso a la cobertura mediática en los mass media tradicionales… Otra posibilidad es el uso de esta metodología como soporte de construcción y presentación de contenidos temáticos. Es decir, aprovechar varios canales y medios para elaborar diversos materiales, compartirlos, relacionarlos entre sí y enriquecerlos con nuevas aportaciones. Y un último uso podría ser la posibilidad de trabajo en grupo de forma escalable, incorporando aportaciones de varias personas, en un periodo detiempo determinado o indeterminado, por un grupo cerrado o abierto.
Y, por último, como en este ensayo se parte de reconocer la importancia del uso de las TIC en educación, otro aspecto que creo necesario es convertir la tecnología en objeto de estudio. No se trata sólo de normalizar un buen uso en el manejo de las TIC, sino también y además, reflexionar sobre los procesos de producción y explotación de la tecnología para una educación en valores que tenga en cuenta el medioambiente, la explotación laboral, los estereotipos de la publicidad… asociados al desarrollo tecnológico.
Bibliografía
Aparici, R., Escaño, C. y García Marín, D. (Coords) (2018): La otra educación. Pedagogías críticas para el siglo XXI. Madrid: Universidad Nacional a Distancia.
Castells, M. (2012): Redes de indignación y esperanza. Madrid: Alianza Editorial.
Domínguez Rodríguez, J (2016): Tesis Doctoral La formación inicial de un cuerpo único de educadoras y educadores para la educación básica unitaria, holística, universal y emancipadora: un grado común y másteres especializados. Disponible en: https://colectivoeducadores.wordpress.com/la-formacion-inicial-de-un-cuerpo-unico-de-educadoras-y-educadores-para-la-educacion-basica-unitaria-holistica-universal-y-emancipadora.
Giroux, H.A. (2015): Cuando las escuelas se convierten en zonas muertas de la. Imaginación: Manifiesto de la Pedagogía Crítica. Revista de Educación. Año 6, nº8. Pags: 11-26.
Kaplún, M. (1998): Una pedagogía de la comunicación. Madrid: Ediciones de la Torre-.
Krüger, K (2006): El concepto de “Sociedad del Conocimiento”. Revista bibliográfica de geografía y ciencias sociales: serie documental de Geo Crítica, Vol. XI, nº 683.
Rogero, J. (2018): Desescolarizar la escuela hoy. Disponible en: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/04/02/desescolarizar-la-escuela-hoy.