En la última sesión del Grupo de Aprendizaje Colectivo de Escuela Abierta, al que pertenezco desde hace 10 años, hablamos sobre lo difícil que es empezar a construir iniciativas concretas que supongan alternativas a lo que no nos gusta. El contexto de la sesión era sobre Educación Pública, pero sirva esta reflexión para establecer pautas generales en la construcción de alternativas de cualquier ámbito.
¿Por qué nos cuesta más construir que criticar?
Criticar es fácil. Es algo que hacemos tod@s cuando algo no nos gusta. Sin embargo, ponerse manos a la obra y empezar a construir proyectos transformadores en primera persona y asumiendo el protagonismo… eso ya es otra cosa. ¿Por qué?
- Los agentes socializadores no nos educan para tener una actitud transformadora, sino reproductiva. Por lo general, la Educación formal que recibimos, los medios de comunicación tradicionales, nuestra familia… no nos prepara para cuestionar el orden de las cosas, sino más bien para movernos en el mismo tal y como está para no ser excluid@s por el mismo. Por tanto, no desarrollamos la actitud ni las habilidades para poder transformar la sociedad.
- Los valores promovidos por la sociedad antes descrita fomentan el individualismo y la competición. Sin embargo, participar implica hacerlo con más personas sin que ello suponga que una individualidad salga reforzada por encima del resto, transformamos la sociedad para tod@s, no para el beneficio personal.
- Crear estructuras transformadoras supone llevar a cabo un pensamiento complejo (en cuanto a nivel de dificultad y de sociedad-sistema). Pasar de ideas y valores en abstracto a canales concretos de participación, identificando necesidades, implicando a los agentes necesarios y relacionándolos entre sí, organizando y priorizando procesos transformadores… no parece tarea sencilla ¿verdad?
Aún así, surgen movimientos sociales como el 15M, nuevas iniciativas ciudadanas electorales municipalistas (en el caso de Getafe: Podemos, ADA, porGetafe…), plataformas como la PAH o la Asamblea Ciudadana de Getafe, Transformando Getafe… que además conviven con multitud de colectivos y asociaciones con incidencia directa en los barrios o sobre un determinado tema (la lista sería bastante extensa y no sabría por cual priorizar para poner algunos ejemplos). Por tanto, no hay motivos para ser derrotistas.
3 pasos para empezar a andar
1º) Descubrir y revisar referentes
A menudo cuando nos ponemos a trabajar reinventamos la rueda una y otra vez. Perdemos mucho tiempo descubriendo por primera vez el camino cuando éste ya ha sido empezado por mucha gente antes que nosotr@s. Echar la vista atrás, formarnos y revisar qué personas o colectivos han empezado a trabajar nos puede facilitar la tarea. No se trata de ser estátic@s reproduciendo lo que ya exista, sino de partir de algo que permita ser revisado y adaptarlo a nuestras necesidades concretas (eso también es crear algo nuevo). Esto nos permitirá:
- Profundizar en el tema que estamos trabajando en lugar de introducirnos en él.
- Anticiparnos a posibles problemas en lugar de enfrentarnos a ellos por primera vez.
- Continuar con un camino que podrán seguir otras personas.
2º) Analizar nuestro entorno más cercano
Las ganas de hacer algo con resultados inmediatos nos puede hacer saltarnos una parte estratégica tan importante como analizar la realidad que nos rodea y que queremos transformar antes de actuar. Una obsesión por las prisas puede hacernos caer en una falsa apariencia de mayor operatividad, cuando en realidad sino somos capaces de crear verdaderas alternativas sostenibles y permanentes a medio y largo plazo habremos perdido mucho tiempo, quemando recursos y personas. Pasos para realizar este análisis pueden ser:
- Recoger las necesidades de las personas y el entorno.
- Conocer que experiencias y colectivos existen, a qué se dedican y por quiénes están compuestos. Nos valdrá posteriormente además para establecer redes.
- Identificar qué papeles pueden jugar los diferentes agentes implicados, niveles de implicación y compromiso…
- Crear una base de datos de contactos.
Así mismo, este análisis es una información valiosa en la que se pueden implicar a más personas y puede visibilizarse una vez construido. Es también una oportunidad para implicar y concienciar.
3º) Diseñar los canales concretos de participación
- Priorizando y ordenando los pasos a dar.
- Repartiendo tareas y responsabilidades.
- Poniendo en común la información y visibilizando los progresos.
- Revisando periódicamente los canales de participación.
Por supuesto, la cantidad de matices que pueden surgir a una reflexión como esta son infinitos, así que sirva esto, además de como reflexión personal, como una entrada incompleta que debe construirse de forma permanente entre tod@s.