El paso de la red 1.0 al 2.0 (o la inclusión de este último en la web, ya que siguen existiendo páginas de contenido estático muy usadas y prácticas) no sólo ha supuesto un cambio de actitud y mentalidad en los usuari@s de Internet. También está suponiendo una transformación profunda (y veloz) en las formas de la construcción y la emisión de la Información.
Hablar de la historia del periodismo es necasrio para comprender su evolución. No somos testigos de una revolución mediática, vivimos alrededor de una construcción de la información en constante cambio. El periodismo ha modificado sus formas con la creación de la prensa y todo tipo de publicaciones, la fotografía, la invención de la radio, el cine, la televisión y ahora Internet. Cada uno de esos periodos requería adaptar los lenguajes y las formas a los nuevos medios emergentes. Lo que vemos hoy día no es más que la continuidad de una evolución en los Medios de Comunicación
Sin embargo, el cambio que se hace necesario dar para adaptarse a las formas periodísticas actuales recoge una serie de características que creo podrían cambiar de rumbo el futuro del periodismo. Las tecnologías actuales permiten una comunicación bidireccional. Aunque de momento limitada, usar las tecnologías no significa que seamos dueñ@s de ellas, aún dependemos de quien nos la facilita y sus intenciones. Por otro lado, no todo el mundo tiene la misma facilidad de acceso. Esto, unido a la rapidez con la que se innova, va aumentando la frontera de los lugares con acceso a estas tecnologías de la comunicación de los que apenas tiene acceso a ellas.
Poder contar con la participación ciudadana en la construcción de la información tiene algunas ventajas que deberíamos valorar. La existencia de un colectivo de personas que construyan la percepción de la realidad nos permitirá tener más punto de vista de la misma y por tanto una mayor objetividad, profundizar en la información, complementarla, contradecirla… además de implicar en dicha percepción de la realidad a la ciudadanía lo que nos haría sujetos más críticos de nuestro entorno.
Por otro lado, las tecnologías audiovisuales cada vez son más complementarias. Las páginas de un periódico no pueden llevar incrustado un video. Sin embargo en una publicación digital nos podemos servir para contar una noticia de texto, videos, sonidos, imágenes, enlaces, opinión o contribuciones de otras personas… todo ello con el sentido de ampliar la información, centrar la atención, despertar curiosidad…
No obstante también deberemos reflexionar sobre algunos riesgos derivados de la forma en la que se está trabajando la información.
– La sobresaturación de información nos obliga a tener que ser más selectivos y eficaces en la interpretación de la información.
– La inmediatez y la rapidez en los flujos de información puede condicionar nuestra interpretación de la misma, no dando tiempo a reflexionar sobre lo que nos informamos.
– Existe una mentalidad competitiva y comercial con respecto a la información. Creemos que nuestro mensaje tiene que imponerse sobre la marea de información que ya existe. En lugar de ello creo necesario cambiar a una mentalidad cooperativa, entendiendo los diferentes espacios y foros como otras plataformas donde poder implementar nuestro mensaje, ampliar la información, aprender un@s de otr@s…
Lo que marcará el uso y el tratamiento de la información será como ésta sea usada por la ciudadanía. L@s periodistas ya no son los únicos dueños de la información y los nuevos canales de comunicación nos abren un abanico de posibilidades donde podemos participar y trabajar de diferentes formas nuestro mensaje.
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