A menudo en mis cursos y sesiones sobre tecnología y comunicación planteo el debate de la supuesta neutralidad de las TIC. En muchas ocasiones, las aportaciones de algunas personas, plantean una supuesta neutralidad porque dependen del tipo de uso que les demos.
Sin embargo, en el desarrollo e implementación de una determinada tecnología influyen muchos más aspectos que nuestro uso, y que hacen imposible la supuesta neutralidad. Antes de la intencionalidad en el uso que la mayoría de personas podemos dar a las TIC como consumidores/as, hay una serie de procesos que también están cargados de ideología e intencionalidad: extracción de materias primas, fabricación, distribución, publicidad y marketing… y tras nuestro uso sigue el proceso: desecho, reciclaje, gestión de residuos… La producción de tecnología implica un coste energético, un coste ambiental y un coste laboral.
Todo esto constituye el ciclo de vida de la tecnología, donde nuestro uso es sólo una parte de ese ciclo (lo que no quita que no podamos influir en el resto). Podemos analizar cada uno de estos procesos para darnos cuenta de que tras este ciclo de vida impera una ideología capitalista antihumanista y antiecológica.
Además, como se dice en la publicación «¿Nos salvará la tecnología?«, editada por Ecologistas en Acción y los Movimientos de Renovación Pedagógica, el paradigma en el que se desarrolla la tecnología está dentro del dentro del paradigma económico dominante que, entre otras cosas:
- Pone en el centro el crecimiento y beneficio económico (y el poder) por encima de todo lo demás,
- Relega desarrollos tecnológicos necesarios para el bien común (vacuna de enfermedades de países del sur, alimentación sana y sostenible…) si no generan intereses económicos.
- No tiene en cuenta la existencia de límites en la biosfera, obvia las mochilas ecológicas y sociales, el consumo energético y sus efectos sobre el cambio climático, los tóxicos, los picos de materiales,… Se invisibiliza, por tanto, el papel del paradigma tecnológico en la grave crisis ecosocial.
- La obsolescencia tecnológica e inducida, como estrategias de manufactura defectuosa y
marketing alimentan la sociedad de consumo, la sociedad de la acumulación y de lo efímero.
Sobre la extracción de materias primas
Una de las principales evidencias la encontramos en la extracción de materiales para la fabricación de tecnología, como el Cobalto o el Coltán, un componente electrónico manchado de sangre. Se trata de la mezcla de dos minerales: columbita (COL) y tantalita (TAN). El coltán está presente en la construcción de muchos de los componentes electrónicos de la tecnología actual: electrodomésticos, móviles, tablets, ordenadores, reproductores multimedia, consolas… pero también en maquinaria y transportes como aviones, trenes, maquinaria pesada de fábricas…
Las principales minas se encuentran en la República Democrática del Congo, donde se suceden guerrillas y surgen mafias para hacerse del control de las zonas mineras. Además, en estas minas, la condición de los trabajadores/as es la explotación y esclavitud de personas (incluso niñ@s). Ante esta realidad, las empresas multinacionales y gobiernos que importan hacen la vista gorda por el interés de comprar el mineral al menor coste posible.
Además, la construcción de tecnología como un móvil o tablet, requiere de la extracción de numerosos minerales raros difíciles y costosos de reciclar. A modo de ejemplo se mencionan algunos componentes y parte de los minerales necesarios para su construcción:
- Pantalla: Indium, estaño, aluminio, silicio, lantanido, terbio, europio, disprosio…
- Batería: litio, cobalto, carbón, aluminio…
- Carcasa: carbón, magnesio, niquel, bromio…
- Componentes eléctricos: cobre, plata, oro, tántalo, niquel, neodinio, silicio, plomo, estaño, galio, fósforo, antimonio, arsénico…
Por otro lado, en nuestro avance hacia el colapso civilizatorio, cada vez sufrimos más una escasez de materias primas y minerales semiconductores que repercute en la fabricación de componentes electrónicos. Actualmente las fábricas están experimentando problemas para mantener el ritmo de fabricación de chips y microprocesadores como memorias ram, cpu´s, tarjetas graficas… Esto ha agravado la situación de explotación de trabajadores/as, ha disparado los precios, ha aumentado la tensión entre países exportadores e importadores, incluso ya han aparecido casos de contrabando de este tipo de componentes. La tecnología necesita minerales para fabricarse y cuanto más compleja es, más. Además, el hecho de que muchos de estos minerales estén escaseando, hace que los nuevos yacimientos estén menos accesibles y que se necesite una tecnología mucho más agresiva para conseguirlos. Es necesario remover grandes cantidades de tierra para acceder a minerales que se encuentran más dispersos (menos concentrados en vetas), se alteran acuíferos, se agrede a comunidades locales…
Pero el hecho que algo no sea neutro no significa que no podamos encontrar o construir alternativas más justas y sostenibles. En este apartado de materias primas debemos saber que existen materiales con propiedades similares al coltán, que se podrían usar en los diferentes productos y componentes. Por ejemplo el grafeno y el polímero de aluminio (incluso con mejores propiedades que el coltán). O los condensadores de cerámica (aunque éstos no se podrían usar en algunos dispositivos como los móviles). La campaña Tecnología libre de conflicto es una iniciativa de la ONG ALBOAN para dar a conocer la conexión que existe entre los móviles, tablets y ordenadores con la guerra en el este de la República Democrática del Congo. Plantea propuestas de colaboración al alcance de la mano para contribuir a terminar con la violencia: nos permite firmar su campaña en change.org, donar móviles, colaborar económicamente, formarnos y difundir la campaña.
A modo de ejemplo, en este mapa interactivo, podemos ver las afectaciones a las mujeres por actividades extractivas y su rol en la construcción de alternativas. Se incluyen apenas 21 de muchos casos que se evidencian en América Latina y busca difundir y potenciar los liderazgos de las mujeres.
Durante el proceso de fabricación
El autor Javier Zarzuela Aragón, en su libro «Stop TIC Infancia» comparte algunos datos interesantes que tienen que ver con los requerimientos energéticos durante la fabricación de dispositivos como los portátiles: del 100% de la energía consumida por un pc (obtención de materiales, fabricación y uso), sólo un 17% corresponde a la electricidad para hacerlo funcionar durante toda su vida útil. Sólo la fabricación de portátiles durante 2018 consumió la mitad de energía fotovoltaica mundial. Para fabricar un pc hace falta de media 240 kg de combustible. Haría falta entre 33 y 89 años de uso de un ordenador para encajarlo dentro de una huella ecológica sostenible.
Pero además, en el actual mercado capitalista global y competitivo, es necesario el abaratamiento de los procesos de producción. Eso incluye la pérdida de calidad en los materiales, trabajo precario y la explotación laboral, la explotación infantil en algunas zonas…
Pero como alternativa encontramos que también existen productos electrónicos de comercio justo. Un ejemplo en el mundo de los móviles es Fairphone, o Som Connexió en el mundo de las operadoras de telecomunicaciones. Podríamos incluir también aquí el hardware libre, como las populares placas Raspberry o Arduino, o las impresoras 3D, que nos permiten construir nuestros propios ordenadores, centros multimedia, proyectos de robótica… aprendiendo del proceso de fabricación y a muy bajo coste.
Proceso de venta y marketing
La publicidad asociada a las TIC está cargada de valores que refuerzan estereotipos tradicionales, valores competitivos, de desigualdad de género, de individualismo… Una muestra:
Fase de uso de la tecnología
Aquí entra en juego el clásico mito que asegura que las TIC no son buenas ni malas, sino que dependen de nuestro uso. Por supuesto, es una fase importante porque desde nuestro consumo y uso de la tecnología como consumidores/as, podremos contribuir a la evolución y desarrollo de la misma. Pero actualmente tenemos que lidiar con algunos problemas como las múltiples brechas digitales (diferencias en cuanto a los niveles de conocimiento, acceso, uso y apropiación), la infoxicación, la falta de privacidad, el ciberacoso, las tecnoadicciones… y creo que urge concienciar y educar en un uso crítico y responsable de las TIC.
Pero también hay excelentes ejemplos de buenas prácticas en la coordinación de grupos, la comunicación entre personas, el ámbito educativo, el ciberactivismo, el desarrollo de proyectos e iniciativas sociales…
Fase de desecho de la tecnología
Y, finalmente, tras su uso, la tecnología es desechada. Cada año se generan más de 50 millones de toneladas de basura electrónica que provoca contaminación, explotación infantil, tráfico ilegal… La obsolescencia programada y nuestra voluntad de contar con la última tecnología (aunque la actual siga funcionando o podamos alargar su vida útil) hace que consumamos productos tecnológicos a un ritmo insostenible. Según la ONU, la basura informática se incrementa alrededor de un 4% anualmente (un 3% más que los residuos generales).
A menudo se envían estos residuos desde Europa, EEUU y otros países centrales hacia países de Asia y África de manera ilegal. Los materiales son exportados como «bienes de segunda mano” y, supuestamente, pretenden ser reutilizables, pero la mayoría de estas mercancías no se utilizan de nuevo. Así, se acumulan en vertederos incontrolados en los que la población más pobre busca recursos entre los residuos y los queman con el fin de separar los metales valiosos como el aluminio o el cobre, con focos enormes de contaminantes y la exposición a gases tóxicos.
Pero también encontramos diversas alternativas. Como primera medida, y sin necesidad de grandes compromisos, podemos alargar la vida útil de la tecnología o apostar por el reciclaje de la tecnología que usamos. A menudo cambiamos de móvil sólo por adquirir un modelo más moderno. ¿Es ese un consumo responsable? Un proyecto interesante que nos ayuda a reparar nuestros propios dispositivos para alargar su vida útil son los Repair Café, lugares de libre acceso donde podemos quedar con otras personas para reparar junt@s ropa, muebles,bicicletas, juguetes… y también tecnología.
Otra opción es apostar por tecnología modular. Esto es, con componentes que se puedan reemplazar si se rompe una parte o se queda obsoleta, sin necesidad de sustituir el dispositivo completo. Aún hay algunos proyectos en marcha como el ya mencionado Fairphone, phoneblocks, puzlephone o las posibilidades que nos ofrecen los proyectos de hardware libre.
Y, después de esto, ¿sigues pensando que la tecnología puede ser neutra?