A ti profesor, ¡yo acuso!

Hace poco una amiga me regaló (muchas gracias!!) el libro A ti profesor, ¡yo acuso!, de Nelson Mendes. A pesar de ser una edición de 1979 parece que sigue de actualidad. El libro es una especie de manifiesto donde un alumno se dirige al profesorado para invitarle a hacer autocrítica sobre el sentido y forma de su práctica docente. Al finalizar el libro se realiza un listado de peticiones a modo de resumen que me ha encantado y me apetece compartir:

No me transfieras tu inseguridad (tu impaciencia);

No seas un profesor cerrado, a la defensiva e infeliz (frustrado), sino un hombre abierto y simple, descarado y vivo, polémico con mi y con tu aprendizaje;

No seas mi solución, sino (solamente) un pretexto para iniciar el diálogo (conmigo), con todos… juntos;

No seas patrón-modelo, sino (solamente) motivación que yo quiera tener y regar todos los días;

No seas juicio de valor absoluto, sino (solamente) un circuito recurrente (feedback) alegre y constructivo, alegre-abierto-inteligente, lúcidamente auténtico y libre… relativo;

No seas fusil-ametrallador, G3 o lanzallamas (de programas) apuntando hacia mí, sino (solamente) la apertura de un camino que ambos (despacito) tendremos que recorrer hasta el final. Hasta la muerte (viva). Este, sí es un programa común a los dos (a nosotros dos), a tres, a cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez… todos. Programa oficial. Reciclaje permanente. Programa que cumplir. Este sí habrá que cumplirlo.

En fín:

Si consiguieses ser ambiente afectivo y libre;

Si consiguieses ser espacio y tiempo para mí;

Si consiguieses no (trans)ferirme tu inseguridad, tu técnica, tu ignorancia de la vida, de los hombres, de ti mismo;

Si consiguieses no tener prisa ni rabia, ni miedo, ni mimo;

Si consiguieses ser alegre y feliz conmigo, contigo (con todos);

Entonces, ¡sí!, serás sin duda y sin ayuda un hombre*. ¡Un profesor!

*Puede que la excesiva referencia masculina en el texto para referirse a todo el colectivo docente os chirríe como a mí. Como habíamos dicho antes el texto es del 79, y si el lenguaje coeducativo es algo a trabajar hoy día, imaginaros por aquel entonces…

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