Con motivo de la celebración del Día de la Constitución el 6 de diciembre (aunque no se publicó en el BOE hasta el 29 de diciembre de 1978), revive en los medios de comunicación la cuestión de si es necesario modificar la Constitución.
Cierto es que han pasado más de 40 años desde su aprobación y actualmente es un texto que se demuestra ineficaz y un tanto desactualizado. Sin embargo, creo que el principal problema de la Constitución no es su edad, sino su incumplimiento. Lo mismo daría crear una nueva si tampoco se aseguran los mecanismos para su cumplimiento.
En la actual constitución se recogen derechos fundamentales como acceso a la sanidad, derecho a una vivienda, trabajo digno… Derechos que actualmente son pisoteados por la misma clase política que debate modificar la actual constitución. Si no hay un verdadero compromiso de cumplir con los derechos básicos, la nueva constitución entraría dentro de esos textos legales que sirven para lavar la cara de unas instituciones en crisis: ley de transparencia y buen gobierno, ley de igualdad de género, ley antideshaucios… leyes promulgadas recientemente para generar una apariencia de cambio para que no cambie nada. Pienso que deberíamos sentir desconfianza si las mismas personas que no cumplen la Constitución son l@s mism@s que harían una nueva.
De hecho, deberíamos recordar que ya el 2011 se modificó la constitución de forma exprés, sin debate ni consulta ciudadana, para dar prioridad a pagar la deuda pública (art 135), por encima de las necesidades de protección ciudadana para hacer frente a las crisis y a las desigualdades. Esto debería hablar de las prioridades de la mayoría de los representantes políticos actuales y de sus intenciones de cara a cambiar un texto constitucional.
Por tanto, ¿hace falta una nueva constitución? Sí, pero no servirá de nada si no viene acompañada de una verdadera voluntad de acatarla y de mecanismos de control sobre las instituciones políticas encargadas de su cumplimiento. Quizás previamente hay que cambiar el sistema y a las personas que lo mantienen.