Los días 13 al 15 de Junio de 2017 tuvimos el placer de participar en el congreso Action Research Network of the Americas (ARNA). Allí tuvimos el placer de re-encontrarnos con muchas personas queridas de todo el territorio español que nos dedicamos a esto de la Participación, y pudimos conocer y hacer redes con personas maravillosas y con grandes experiencias de todas las partes del mundo. Nuestro amigo Tomás R. Villasante compartió con nosotros la siguiente crónica a las que hemos añadido algunas aportaciones colectivas.
Aprendemos desbordados por los «R.O.C.E.»: Cartagena (Colombia) 2017
El Congreso de Cartagena 2017 acabó desbordándose. En ese sentido, mejor que otros. Pero para empezar hay que reconocer, y hacer auto-crítica, que desde los países latinos no fuimos capaces de organizarlo bien y a tiempo. Por eso hay que agradecer a ARNA que se haya lanzado a plantearlo y llevarlo a cabo, con la U. Nacional de Bogotá y otras universidades. Hubiera sido un Congreso convencional, si no se hubiese desbordado tan creativamente.
En varios países latinos llevábamos años haciendo Encuentros nacionales sobre metodologías participativas e IAP (México, Chile, España-Portugal, Colombia, Ecuador, Brasil, Uruguay, etc.) E incluso CLACSO ha recogido buena parte de esta Red, con más de 100 profesionales de unos 10 países, que nos reencontramos el día 12 en el pre-congreso. De esa reunión salieron 4 «grupos motores» sobre institucionalización de la IAP, sobre autocrítica e innovaciones, sobre universidad sin universidades, territorio y medioambiente… También hubo reuniones pre-congreso de ARNA, y de la CEAAL (pedagogía de la liberación). Tres caminos que tratarían de converger.
Jornada IAP CLACSO
Cuando ya arrancó el Congreso las formas de diálogo se polarizaron, en mesas redondas de un lado, y en talleres creativos de otro. Unas posiciones más centradas en los homenajes y otras más centradas en las auto-críticas, innovaciones y la interacción de los participantes desde la horizontalidad y las experiencias individuales y colectivas (me refiero a la parte de talleres, donde podíamos intercambiar reflexiones, experiencias, conocernos y tejer red…, se entiende?). Fue agradable oír a Fals Borda, en una entrevista grabada, que había que renovar la IAP con los sistemas emergentes. Pero aún seguían muchas disposiciones de las sillas como en un aula para aprender de l@s maestr@s, aunque en otras sesiones se modificaron las sillas (dispuestas en redondo) para compartir y para construir colectivamente. No solo una cuestión formal, sino de metodología y finalidades.
El miércoles en la tarde colectivos colombianos se reunieron para criticar la distancia entre el Congreso y quienes no habían podido acceder a él (costos, formato universitario, etc.). Por eso cuando en la tarima central salió la música de l@s jóvenes locales se pedía «otra y otra» y la gente se echó a bailar. Por eso se formó la rueda en el espacio central con carteles y gritos de «¿quién nos fals-ta?», de autocrítica y de crítica, y el escenario se trasladó de la tarima organizadora a la gente y la música local, que acabó por bajar las escaleras y salir a la calle, donde continuó el acto «casi final» del Congreso. Digo «así» porque al día siguiente se desbordó aún más, y todas las personas pudimos aprender de nuevo.
De momento se confirmaba que no se trataba tan solo de un «diálogo» de «saberes», de una traducción entre saberes, sino de una “relación operativa” entre «trayectorias» que se venían gestando y que «emergían para reconocerse» y pasar a construir conjuntamente (Santandreu y Massoni en su mesa lo plantearon). Entiendo que primero están las «relaciones operativas» (pre-congreso y actos y formas de hacer en conjunto) y luego la «conceptualización eficiente» como este propio escrito. El R.O.C.E. es como el E.C.R.O. de Pichón-Rivière, pero empezando por el “roce” en los talleres de creatividad y en las acciones de reconocimiento de las preguntas comunes, y desde ahí vamos a construir la «transducción» y la «socio-praxis», o sea desde los movimientos a los teóricos y no al revés.
La última asamblea del ARNA no fue y si fue, ambas cosas, creativamente. Si Rajesh Tandon y Boaventura S. Santos iniciaron reclamando quienes faltaban. Y este último añadió que aquello no era una asamblea para tomar acuerdos sino un componente más de un proceso. Pero lo que luego pasó se puede considerar una vía superadora. Como no había mucha predisposición para sumarse a ARNA, en bastantes mesas se planteó «¿nos vamos o nos quedamos?» La mayoría optó por quedarse en un «rincón latino» (la mitad de l@s asistentes) para continuar con nuestro propio camino y nuestras propias metodologías y decisiones. Se trataba de aprovechar el momento y de mostrar cómo se puede construir colectivamente, y dar los primeros pasos para la constitución de una nueva red sentipensante iberoamericana.
En las 2 horas de la mañana unos 10 grupos construyeron sus propuestas, se consensuaron las más repetidas, y se anotaron los nombres de las personas de los «grupos motores», que se encargan de que su realización. Estos grupos ya se pusieron a funcionar incluso antes de la sesión de la tarde, y hay tarea sobrada para un posible Encuentro en Rosario (Argentina) en septiembre 2018. La Red que aprovechó CLACSO (y que había avanzado el lunes con 4 «grupos motores») se ve así integrada en una Red mayor, con más personas, grupos y países.
Pero el acto emotivo fundamental fue cuando resonaron las palmas en todos los corazones de la sala. Tras la exposición de las compañeras sobre lo que la «red de las mesas del rincón latino» habíamos construido, el moderador californiano preguntó: ¿Quién dice algo? ¿Alguna pregunta? Muchos empezamos a golpear con la palma de la mano en el corazón, y se formó una cadena humana paseándonos en círculo, rodeando toda la sala, invitando en una lengua universal a todas y todos a hacer y comprender por encima de culturas y fronteras. Resonaba el silencio de la palabra y sobresalía el gesto y el sonido hueco de los cuerpos, hasta que todo fue un círculo. Y en el círculo se nombró la Red, se aplaudió, y siguió la palabra.
Aprendemos por la acción, por las relaciones operativas concretas, “transformar para educar”, la acción socio-política de estas metodologías va por delante de los debates teóricos, desde abajo es desde donde emergen los movimientos y los conjuntos de acción concretos. Por eso hay que escucharlos en América Latina y en Norteamérica, en Asia y África, en Oceanía y en Europa. Tenemos que encontrar fórmulas para encontrar espacios públicos menos caros y más accesibles a la gente del común, para construir en talleres creativos, colaborativos y operativos. Del 77 al 97 y al 2017… no esperemos otros 20 años, y empecemos ya con los más jóvenes que nos siguen desbordado de forma incluyente y muy creativa. Es lo que puedo aportar al grupo y a la red.
Puedes ampliar información y ver una crónica colectiva del encuentro con fotos, vídeos, testimonios, citas… en el hashtag #ARNA2017.